El 13 de noviembre de 2002, hace justo doce años, un petrolero con
77.000 toneladas de fuel lanzaba un mensaje de socorro a las
autoridades marítimas de Galicia. Su estructura se había resquebrajado a unos 200 kilómetros de la
Costa da Morte. Seis días después ocurrió la catástrofe: el buque se partió y
se hundió frente a las costas gallegas, causando uno de los peores
desastres medioambientales de la historia del país.
Miles de personas anónimas locales y provenientes de todos los rincones de
España se convirtieron en los protagonistas aquellos días, junto con el
chapapote que fue cubriendo de negro casi 2.000 kilómetros
de costa gallega, en lo que fue uno de los mayores actos de solidaridad y de
trabajo en equipo que se recuerdan.
Los
voluntarios limpian el chapapote en la playa de Muxia el 17 de abril de 2003.

"El
primer día había dos o tres personas; el segundo día continuamos unos cuantos
con pocas herramientas, pero el tercer día, cuando llegué al aparcamiento no me
lo podía creer, había un montón de coches. Se duplicó la población, en Oia
somos algo más de 3.000 vecinos y había mas de 4.000 voluntarios, fue
increíble”, afirmaba un voluntario con emoción. "Fue un ejemplo de solidaridad. Al principio
poníamos nuestros medios. Luego, el alcalde nos reunió y nos sentamos
a concretar qué podíamos hacer y cómo organizar a todos los voluntarios que
iban llegando. Este voluntario relata cómo combatieron las manchas de fuel que
inundaban la costa de su localidad. Todos aportaban su grano de arena. El
médico se encargaba de revisar los ojos de los que limpiaban, el carpintero les
llevaba cubetas de madera para retirar el chapapote y una pareja de ancianos
colaboraba con los bocadillos ante su imposibilidad de realizar trabajos
físicos”.
NUESTRO DESEO ES TRABAJAR EN EQUIPO.
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